El Comité de Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría ha publicado el documento Contacto piel con piel en las cesáreas. Aspectos prácticos para la puesta en marcha, donde se explica el método de actuación y las principales dificultades para realizarlo. Los beneficios del contacto piel con piel entre la madre y el recién nacido están ampliamente demostrados.
De este modo, desde el Comité de Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría consideran que esta acción tras la cesárea favorece la transición y la adaptación del bebé a vivir fuera del útero y mejora el vínculo afectivo entre la madre y el niño. Además, como han asegurado los expertos, la piel con piel entre los bebés y sus madres fomenta la lactancia materna y aumenta la secreción de una hormona, la oxitocina, que estimula la salida de calostro (la primera leche que producen las mamas) y las contracciones uterinas
La realización del contacto piel con piel precoz se recomienda tras los partos vaginales y también en las cesáreas, siempre que las condiciones de la madre y del bebé lo permitan. El procedimiento propuesto comienza antes de entrar en el quirófano e incluye la adaptación del quirófano, de manera que quede espacio suficiente para que la madre pueda acoger al niño durante la intervención.
El contacto piel con piel en las cesáreas es una práctica beneficiosa y segura. Un protocolo consensuado entre los servicios implicados favorece su aplicación habitual, para conseguir un entorno similar al que se produce tras un parto vaginal, pero sin olvidar que se trata de una intervención quirúrgica. La implicación del personal es imprescindible.
Cabe recordar que, hasta hace unos años, los recién nacidos al nacer eran separados de la madre para limpiarlos, pesarlos, realizarles unos primeros cuidados de rutina y después de todo eso, se les devolvía a las madres. Actualmente son muchas las evidencias científicas que apuestan por no separar a los bebés de las madres, a no ser que las circunstancias lo justifiquen. Se ha comprobado como tras el parto los bebés se encuentran en lo que se denomina un estado de alerta tranquila, durante el cual son más receptivos a interactuar con el medio que los rodea. De este modo, en los centros hospitalarios ya se recomienda aplazar los cuidados de rutina al recién nacido para no alterar este vínculo.