La conmemoración del 40 aniversario del cierre de AHM, tiene que servir de reconocimiento y homenaje al movimiento obrero y sindical en particular y a la ciudadanía en general, por su ejemplar lucha contra el cierre. Desde luego, nada hacía presagiarlo y ello por varias razones, en primer lugar, porque se firmaron los acuerdos de mayo de 1981 del sector siderúrgico integral, donde se destacaba el mantenimiento de las tres siderúrgicas integrales españolas: Ensidesa, AHV y AHM. Introducir la palabra integral supuso meses de negociación, por el empeño de nuestros compañeros: Vicente Madrid y Antonio Martínez Bolinches, representantes de CCOO de AHM en aquella negociación.
Otra razón de peso fue la presentación, en mayo de 1982, del informe “KAWASAKI”, el cual reconocía que el futuro de la siderúrgica integral española pasaba por potenciar Sagunto. El último elemento fue la palabra dada por Felipe González, con motivo de la campaña electoral en octubre de 1982, que se comprometió a mantener la siderurgia integral de AHM en un mitin celebrado en el desaparecido cine Avenida de Puerto de Sagunto.
Poco valor tuvo su palabra. Una vez elegido presidente del Gobierno, el socialista Felipe González tomó la decisión política de cerrar AHM, plegándose a los intereses de la Comunidad Económica Europea, puesto que Sagunto era un claro competidor de Francia, Italia y Alemania, y como estábamos en la recta final de la negociación para la incorporación de España al Mercado Común Europeo, hubo de claudicar. De hecho, una vez cerrada ‘La Fábrica’, importantes multinacionales del sector invirtieron en la zona, entre ellas USINOR-SACILOR, SOLLAC, TYSSEN.
Además, fue un fraude a toda la ciudadanía española. El cierre costó al erario público100.000 millones de las antiguas pesetas, cuando con 16.000 millones, también de pesetas, se podían haber modernizado y mantenido en condiciones óptimas de viabilidad y rentabilidad las instalaciones fabriles, tal y como avalaban informes técnicos solventes que nunca fueron rebatidos. Lo más grave fue privar a España de tener una siderúrgica de futuro, como se reconocía en el mencionado informe KAWASAKI.
AHM se cerró el 5 de octubre de 1984, después de 18 meses de lucha, sin precedentes de esa envergadura en nuestro país y donde, la incansable labor desempeñada por los jóvenes y comerciantes, con Alberto Martínez Gil a la cabeza, y fundamentalmente por las mujeres, como es digno de reconocer y resaltar. Se tuvo el acierto de sacar el problema fuera de Sagunto y su comarca, lo que significó que la solidaridad y simpatía con Sagunto fuera muy importante en toda España, como lo demuestra el trato recibido en cantidad de lugares del país donde se celebraron actos y manifestaciones, así como las 670.000 firmas que se recogieron en apoyo y defensa del mantenimiento de la siderúrgica integral de Sagunto. Que no se nos olvide.
La lucha sorprendió al PSOE y a Felipe González, que, llevado por su prepotencia y soberbia, menospreció la capacidad de respuesta de todo un pueblo, el nuestro. Una ciudadanía capaz de unirse y ser combativa, la clase obrera siempre estuvo en esa línea, con dirigentes sindicales forjados en la lucha contra la dictadura y en la transición democrática y alta afiliación sindical, sobre todo a CCOO. Es evidente que a Felipe González y su gobierno le asesoraron mal.
Considero necesario poner en valor algunas enseñanzas de ese proceso de lucha. Se demostró, que donde hay un movimiento obrero organizado en torno a unos sindicatos de clase fuertes, CCOO llegó a tener 2.500 afiliados en ‘La Fábrica’, la capacidad para reivindicar y dar respuesta es mucho más fuerte y suele dar mejores resultados. Aunque no pudimos evitar el cierre de AHM y la pérdida de empleo, la movilización obrera, sindical y ciudadana, bajo la dirección de la Coordinadora Sindical formada por CCOO, UGT, CNT y Comité de Empresa, cuyo portavoz fue mi querido amigo y compañero Ángel Olmos, dio sus frutos. No se produjo «LA MUERTE DE UN PUEBLO» y Sagunto fue declarada ZUR con la creación del Fondo de Promoción de Empleo (FPE) para la recolocación del personal excedente en las empresas que se instalaron y la gestión de las prejubilaciones.
Se consiguió que las condiciones económicas de los ‘prejubilados’ fueran dignas, aunque, después de mantenerlas durante 29 meses, el FPE y la empresa incumplieron sus compromisos y, de nuevo, el colectivo afectado se movilizó y acudió a los tribunales, cuya defensa estuvo a cargo de Enrique Lillo, responsable jurídico de CCOO a nivel estatal, consiguiendo que el Tribunal Constitucional diera la razón a las personas afectadas, restituyéndoles sus derechos. Empleos alternativos y condiciones económicas, que minoraron el efecto del cierre, pero en absoluto lo justiciaban. No era contradictoria la creación de empleo para los numerosos parados/as de la zona con el mantenimiento de AHM. El gobierno del PSOE no nos regaló nada. Lo conseguido, como he dicho más arriba, fue fruto del esfuerzo colectivo, ya que sin esa unidad y lucha nada habría sido igual en Sagunto. Y, además, sirvió de referencia para otras empresas o sectores que posteriormente se vieron afectados por el desmantelamiento, dentro del proceso de reconversión.
‘La Fábrica’ se cerró, pero nos quedo un importante patrimonio industrial que hay que seguir recuperando, protegiendo y poniendo en valor. Patrimonio que representa la memoria obrera del trabajo, la identidad de clase y la lucha obrera y sindical para la mejora de las condiciones de trabajo, de derechos laborales y sociales, pero también por la libertad y la democracia, que, además, debería servir de acicate para la presente y las futuras generaciones.
José María López Barquero
Secretario de Organización de CCOO en AHM (1980-86) y presidente del Comité de Empresa de AHM (1986-1990).
